«Siempre contamos nuestra historia como si fuera una película. Somos conscientes que a muchas parejas les pasa, pero es que la nuestra tiene todos los ingredientes de una comedia romántica. Nos conocimos por la calle de manera casual, una noche de Reyes.
Gemma tropezó con el coche de Núria (literal) y empezamos a hablar. Una cosa llevó a la otra y la primera parte de la historia duró un año. Con viaje a Nueva York incluído. Después ponemos el cartel de «8 años después»… Sí, tras vivir vidas completamente distintas, en Londres y Barcelona, un proyecto común y la magia de la Navidad nos volvió a unir.
Vamos a por otro clímax de la historia. Gemma tenía un plan para celebrar el día de Reyes de 2018, 10 años después de aquella primera noche: preparar por sorpresa un viaje a Nueva York y pedir matrimonio a lo grande. Y así fue, nos prometimos en medio de una ola de frío gélido, en lo más alto del Top of The Rocks.
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«Con escenas como esta, nuestra boda también tenía que ser de película. Y en eso nos basamos a la hora de crearla. Los invitados no lo sabían, pero formaban parte de un casting. Ese día rodamos un cortometraje in situ y lo proyectamos después de cenar! Para esa idea loca tuvimos la ayuda de un equipo fantástico, Dani Amor y Oriol Pérez, que se lo trabajaron muchísimo desde el concepto hasta la realización.
Pero una buena película necesita un gran plató y que todo funcione. De esto se encargaron la buena gente de Casaments al Bosc. Ellos nos descubrieron el espacio (Castell de Balsareny) y nos ayudaron a prepararlo todo. Nosotras teníamos claro que nuestra boda tenía que ser la que siempre hemos querido ir. Un festival donde los invitados son protagonistas y se lo tienen que pasar bien.
Imprescindible: Buena música y buena comida. De la música se encargaron Guillem Carmona a la guitarra, Wearefest pinchando antes de cenar, y el DJ Purpur del Moog de Barcelona para acabar la fiesta. Para la comida fuimos a buscar a los amigos de Rooftop Smokehouse de Barcelona para prepararnos un buffé de quesos espectacular y la cena de pork belly (había opción vegetariana). Casa Xica de Barcelona vino a hacer sus mejores noodles y el resto fue cocina deliciosa preparada por Nòmades.»
«Fue una fiesta genial y con sabor a despedida, ya que como las buenas películas, nuestra luna de miel ¡no podía ser normal! Después de la boda nos marchamos un año a vivir a Australia, lejos de nuestra gente. Por eso esa fiesta fue algo más que una boda. Tenemos recuerdos súper bonitos de ese día, imágenes que se repiten una y otra vez en nuestra cabeza sobre todo gracias a gente como Antonio Galealba.
Él es el mejor fotógrafo que podíamos encontrar. Supo plasmar perfectamente nuestra esencia y la de todos los que pasaron delante de su cámara. También a última hora quisimos tener un vídeo del que se encargó Isabel Casanova, una directora de cine, nadie mejor para rodar nuestra película.
¡De todo esto ha pasado un año! Estamos apunto de volver a casa. Desde ese día hemos vivido mil experiencias juntas y aquí seguimos rodando secuencias. Pero sin duda la boda fue nuestra parte preferida.»
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Una historia de amor preciosa, ¿no crees?
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