El día empieza con el cielo encapotado y niebla baja, pero el frío no penetra en las paredes de This must be the place, donde Katia y Jaime se despiertan listos para disfrutar de su gran día.

El equipo de Pinya Colada (fotografía, vídeo y dron) aprovecha las ventajas de un día nublado para jugar con las luces y las sombras y dotar a las imágenes con un aura mágica.

Katia luce un espectacular vestido de Natural Bride Boutique, de la marca belga Rembo Styling, con unos zapatos creados para la ocasión por Miss Honolulu y unos pendientes y broches diseñados y confeccionados con flores preservadas por Loa Bijoux.

El toque final lo pone Gilda Rose, con un maquillaje que busca resaltar la belleza natural de la novia y con una trenza que permite dejar a la vista la espalda descubierta.

Por su parte Jaime, viste un traje de Tasso Moda, con tonos beis que combina a la perfección con el prendido que hace juego con el ramo de la novia de (Mis Flores Esenciales).

Contamos con cartelería de Lovely Couple para diferentes zonas como el set de bienvenida, la mesa presidencial o el photocall, además aporta la medalla y la cinta del ramo.

La pareja se da el ‘sí quiero’ rodeada de naturaleza, en una ceremonia íntima celebrada en el exterior. Una gran estructura circular preside la ceremonia decorada con macramé, teñido con tintes naturales (obra de La Caleta Macramé) y dos estructuras en la base con flores y pampas naturales (creación de Mis Flores Esenciales).

El oficiante (Rodrigo Aguirrezabala) es el testigo de la lectura de los votos y el intercambio de alianzas que pertenecen a la colección circum de Alianzas Breda.

Para terminar la velada, la pareja recién casada se traslada a los antiguos graneros de la masía, ahora restaurados en un espacio que aúna modernidad y tradición.

Allí nos encontramos con la imponente mesa presidencial bajo el espectacular arco de piedra, con menaje y vajilla de AH Rental, con decoración floral de Mis Flores Esenciales y papelería de Cotton Bird. Para poner el punto dulce, un rincón dulce elaborado por La Petite Galette, coronado por una tarta de dos pisos de vainilla bourbon y crema suiza de cava.

Después de un día con una constante amenaza de lluvia, el sol aparece para poner punto final a una celebración íntima llena de sentimientos y esencia.